Santa Fe, NM
Cuando el servicio de limpieza de un hotel anunció un recorte salarial de $2 por hora, los empleados protestaron con cartas a los gerentes, escritas con la ayuda de una organización comunitaria. Las trabajadoras que lideraron el esfuerzo y firmaron las cartas fueron despedidas posteriormente. Después de que la NLRB emitió una demanda, ambas empleadas recibieron pago retroactivo completo y ofertas de reincorporación.
“Esta experiencia me ha enseñado que tengo derechos y que nadie puede abusar de ellos”, dijo María J., una de las dos empleados de limpieza que presentaron cargos después de haber sido despedidas. En una conversación con un agente de campo de la NLRB, María dijo que ella y sus compañeros de trabajo que limpiaban habitaciones en hoteles y spas de lujo sintieron que el recorte salarial repentino era una “injusticia” y buscaron ayuda de un grupo comunitario local, Somos un Pueblo Unido.
Con la ayuda del grupo, los trabajadores redactaron cartas a la gerencia de alto nivel de la compañía de personal, pidiéndoles que reconsideraran la reducción en $2 del salario actual de $9.50 por hora. Poco tiempo después, María, cuya firma destacaba en la carta, fue transferida a otro hotel y luego despedida. Su colega y cosignatario, Juan López, también fue interrogado y luego despedido.
María y Juan presentaron cargos ante la oficina regional de la NLRB y una investigación encontró causa razonable para creer que sus despidos fueron ilegales. El Director Regional, en nombre del Asesor Jurídico General, emitió una demanda solicitando una audiencia ante un juez de derecho administrativo. Sin embargo, antes del juicio, el empleador resolvió conciliatoriamente el caso. Ambos trabajadores recibieron pagos retroactivos completos, así como ofertas de reincorporación, las cuales ellos declinaron.
María, quien dejando de lado su posición se cambió a otro trabajo, dijo que la oferta le dio un sentido de satisfacción. “Yo tenía fe en que ganaríamos y que le mostraríamos a la compañía que no podían pasarnos por encima”, dijo ella. Se mantuvo en contacto con sus antiguos compañeros de trabajo y ella notó con decepción que, a pesar de sus esfuerzos, el salario nunca volvió a su nivel anterior. “Pero yo sé que los empleados pueden hablar abiertamente sobre sus salarios”, añadió.