St. Louis, Missouri
Una representante de servicio de atención al cliente de una empresa de suministro de pañales fue despedida después de conversar sobre su salario con otro empleado, en base a una política en el manual del empleado de la compañía que la NLRB posteriormente determinó era ilícito. Después de que la NLRB emitió una demanda, el caso se resolvió conciliatoriamente al recibir el empleado pago retroactivo y una oferta de reinserción laboral. El empleador también cambió su manual del empleado para informar a los empleados que tienen derecho a conversar sobre sus salarios entre sí.
Gisele O., la representante de servicio al cliente, hablaba con frecuencia de problemas relacionados al trabajo con su amiga cercana, quien también era su supervisora en Cotton Babies, un proveedor de pañales de tela en línea. A través de una conversación, la supervisora se enteró de que ella estaba ganando menos dinero que Gisele y renunció. La propietaria de la empresa le dijo a Gisele que rompió la regla del manual que prohíbe a los empleados conversar sobre sus salarios entre ellos y que, para conservar su trabajo, tendría que volver a leer el manual y firmar otro formulario aceptando seguir sus reglas.
Gisele se negó a firmar y dos semanas después fue despedida. Después de una investigación, el director regional encontró causa razonable para juzgar que Gisele fue despedida ilegalmente porque había conversado sobre su salario con otra empleada, actividad protegida por la Ley Nacional de Relaciones del Trabajo. El director regional también encontró una causa razonable para opinar que algunas partes del manual del empleado contenían reglas ilícitas y emitió una demanda.
Luego, el empleador participó en la mediación y llegó a un acuerdo conciliatorio privado con Gisele, quien recibió pago retroactivo completo por el tiempo fuera del trabajo y una oferta de reincorporación, la cual ella rechazó. El empleador también estuvo de acuerdo en cambiar su manual del empleado, agregando una sección que les dice a los empleados que tienen derecho a hablar entre ellos sobre sus aumentos, sueldos, salarios y otras condiciones de empleo.
Aunque Gisele decidió no volver a su trabajo anterior, todavía está satisfecha con el resultado del caso y su papel en el cambio de las reglas de la empresa. “La mayor satisfacción que recibí de toda la experiencia”, declaró ella, “fue saber que mi caso se convirtió en un catalizador para cambiar el Manual del Empleado de Cotton Babies, asegurando así que otros empleados ya no estarían sujetos a reglas tan poco realistas y ridículas”.